Incluso para quienes no se
consideren cristianos, nada impide -ni lesiona- el tener presente la figura de Cristo,
como persona y luchador en procura de Justicia social.
Por el contrario, ha sido
el sector económico pudiente el que más tuerce la fecha como mero periodo de consumo,
precisamente porque su verdadero contenido
les resulta enormemente
incómodo.
Un saludo afectuoso a
todos nuestros lectores,
y el mejor deseo para este cercano año 2015.